viernes, 11 de noviembre de 2016

No hay Democracia en Bolivia: Persecución, presos y exilio político - Carlos Sánchez Berzaín

NO HAY DEMOCRACIA  EN BOLIVIA: PERSECUCION, PRESOSY EXILIO POLITICO


11. GL: La lucha contra la corrupción se ha visto mezclada, desde un principio, con la lucha política. Algo falla en la Ley como también en la administración de justicia. Parte de la oposición se halla fuera del país. Pero esas no son novedades para los bolivianos. Debido a estos motivos, ¿el MNR seguirá presentándose en las elecciones nacionales con candidatos sin predicamento alguno? ¿Cómo piensan superar los riesgos actuales y presentar una candidatura alternativa?

CSB: El problema del gobierno de Morales en el tema de la lucha contra la corrupción lo podemos sintetizar en tres aspectos:  

1. El gobierno de Evo Morales tiene más corrupción que ningún otro.
 
2. Morales ha convertido la lucha contra la corrupción en un instrumento de represión política contra sus adversarios, líderes cívicos, empresarios, sindicalistas, periodistas, militares ciudadanos e incluso militantes propios que quiera castigar o eliminar.

3. Morales controla todo el sistema de fiscales y de jueces según su interés, ha criminalizado la política y ha judicializado la represión, de manera que la llamada lucha contra la corrupción de este gobierno es, en si misma, el acto más grande de corrupción y de violación de los derechos humanos.

Parte de la oposición son hoy presos políticos en Bolivia, otros están enjuiciados y perseguidos; hay líderes políticos, cívicos, empresariales, jueces, sindicalistas y ciudadanos que están fuera del país perseguidos y exiliados porque en Bolivia su vida corre peligro y además no tienen manera de defenderse porque no hay presunción de inocencia, no hay debido proceso, no hay jueces imparciales, no hay garantía alguna, y en general los acusan los autores de los crímenes que se pretenden juzgar. 

Bolivia tiene EXILIO POLITICO y el exilio se produce por PERSECUCION POLITICA, y esto sí que es una novedad en la democracia boliviana recuperada el año 1982, aunque no en la historia nacional.  

La novedad es más grave aún y consiste en que Bolivia ha dejado de ser una democracia y tiene un gobierno que llegó al poder por elecciones pero que es autoritario y no democrático, porque con sus actos no cumple hoy con los elementos esenciales de la democracia enunciados por el Art. 3 de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, que, además de tratado internacional vigente, es ley en Bolivia.  

El Art. 3 de la Carta Democrática Interamericana establece que: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.

Un elemento esencial es aquello que constituye la naturaleza de la cosa, lo que es permanente e invariable a ella, lo más importante, algo de lo que depende la existencia misma de la cosa, en este caso la democracia.  De manera que a falta de cualquiera de los cuatro elementos transcritos, la democracia ya  no es tal, ya no existe.

Aplicando el Art. 3 de la Carta Democrática Interamericana al Estado Plurinacional de Morales, vemos que: 
1. No existe respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; que se ha creado una propia “formalidad de leyes” (no de derecho) violatorio de los derechos fundamentales de diferentes grupos de personas, sectores y regiones;  

2. Que los organismos electorales están controlados y copados por el gobierno y ya no son independientes;  

3. Que el sistema de partidos políticos ha sido destrozado y sus dirigentes detenidos, enjuiciados y/o exiliados, cuando no subordinados al gobierno que busca consolidar un sistema de partido único, el MAS;  

4. Que la separación e independencia de poderes ya no existe porque Morales controla el Poder Legislativo, y enjuició, destituyó, amedrentó, obligó a renunciar a los miembros del Tribunal Constitucional y de la Corte Suprema de Justicia para nombrar –desde el Poder Ejecutivo-  a los suyos y controlar  el Poder Judicial, con el que persigue y criminaliza a quien quiere.  Ahora amaña una elección de magistrados prosiguiendo con la creación de su propia legalidad.

En este escenario de un país sin democracia, las elecciones son un sainete, una simulación en la que los partidos y todos los sectores que defienden la libertad en Bolivia deben buscar la conformación de un frente unido, un proyecto de unidad nacional para la recuperación de la democracia y la restitución del Estado de Derecho.

Hay una sola acción política que el MNR debe tratar de liderar o en la que debe participar y es este proyecto de unidad nacional para recuperar la democracia. Hay que construir una sola candidatura contra el autoritarismo y restituir la democracia. Esta es una tarea similar a la de fines de los 70 contra las dictaduras militares, pero más difícil porque el autoritarismo de hoy está disfrazado de democracia.  El actual eje de la contradicción histórica en Bolivia está entre la perpetuación del autoritarismo y la reposición de la libertad y la democracia.







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