viernes, 11 de noviembre de 2016

La Bolivia que se va.. La Bolivia que Queda - Carlos Sánchez Berzaín

LAS ELECCIONES DE 2002

3. GL: El año 2002, los resultados electorales demostraban que el MNR había caído en las preferencias ciudadanas (su victoria electoral era débil) y el Movimiento al Socialismo (MAS) emergía con inmenso apoyo. Parecía la fuerza de la historia. ¿Por qué, más bien, se impuso la lógica de gobernar a toda costa? ¿No se advirtió la animadversión de esa inmensa mayoría que no votó por Sánchez de Lozada? Inclusive sus “ocasionales” aliados políticos no le tenían simpatía…

CSB: En la elección del 2002 el MNR le ganó la elección al MAS, de forma que mal se puede decir que había “animadversión de una inmensa mayoría”.  En esta lógica –si todo el que no vota por ti está en tu contra- el MAS tenía mayor animadversión que el MNR  al haber salido en segundo lugar. En las encuestas y en los resultados electorales Evo Morales tenía más negativos que Sánchez de Lozada. Lo que había en ese momento era un país en crisis, en una terrible crisis económica y con un alto nivel de desempleo que generaba un gran descontento social; era, además, un país con el Estado debilitado y sin autoridad, esa fue la herencia del gobierno de Bánzer y Jorge Quiroga.

Otro elemento de la elección del 2002 fue la división entre los partidos políticos en torno a liderazgos personales y no a ideas o programas. Si sumamos la votación del MNR con Sánchez de Lozada 22,46%, del NFR con Reyes Villa 20,91%, el MIR con Jaime Paz 16,31%,  la UCS con Johnny Fernández 5,51%, tienes 65,49%, casi dos tercios del total de votos frente al MAS con el 20,94%. El MAS era una fracción del voto, sin apoyo alguno en muchas regiones  y en estas condiciones no se puede hablar de inmenso apoyo. Si hubiera tenido inmenso apoyo nos hubiera ganado la elección.
En torno a la “animadversión”…  Una elección es una competencia por el favor del voto popular y lo que había respecto a Goni, en ese momento, era la natural confrontación electoral.  Luego hicimos un gobierno de coalición  que empezó con un gran diálogo nacional que no dio resultados por razones estrictamente económicas. No hubo dinero en el momento oportuno para poner en marcha el plan “obras con empleos”, no hubo cooperación internacional, se necesitaban solo 150 millones de dólares, Estados Unidos no cumplió, y el equipo económico del gobierno no quiso aumentar el déficit fiscal para tener recursos. Todo lo contrario: el gabinete económico se empeñó en incrementar la recaudación en un momento de crisis.

El fracaso del diálogo nacional de agosto a diciembre  de 2002 fue el triunfo de los conspiradores sobre los demócratas en la política nacional y de los economistas sobre los políticos en el gobierno, que abrieron la puerta –por la crisis económica- a que la convocatoria que hizo Morales el mismo 6 de agosto de 2002 para “derrocar a Goni”, se encamine y finalmente tenga éxito.






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